domingo, 8 de septiembre de 2013

Muzio Clementi



Muzio nació en Roma en 1752, fue el primero de siete hijos de Nicolò Clementi, un platero altamente respetado y romano por herencia y de Magdalena Kaiser de nacionalidad suiza. Su talento musical empezó a manifestarse a temprana edad; a los siete años comenzó su instrucción musical y sus progresos fueron tan notables que a los trece años ganó un lugar como organista de la iglesia.
En 1766, Sir Peter Beckford (1740–1811), un acaudalado inglés primo del excéntrico William Beckford, mostró interés en el talento musical del muchacho y trató de convencer a Nicolò para llevarlo a su mansión de Blandford Forum en Dorset, Inglaterra; donde Beckford acordó proveer pagos trimestrales para solventar la educación musical de Clementi. A cambio de esta educación, Clementi se encargaba de los eventos musicales en la Mansión. Clementi pasó los siguientes siete años dedicándose enteramente al estudio y práctica del clavicordio. Sus composiciones de este período inicial, sin embargo, fueron pocas y casi todas se han perdido.
En 1770, Clementi se presenta por primera vez en público como pianista. La audiencia estuvo muy impresionada con su ejecución, fue el comienzo en ese entonces de una de las carreras como concertista de piano más exitosas en la historia. En 1774, Clementi fue liberado de sus obligaciones para con Peter Beckford y se trasladó a Londres, donde entre otras realizaciones hizo varias presentaciones en público como clavicordista, intervino en conciertos para cantante y arpa, y sirvió como «director» — desde el teclado — al Teatro del Rey, en Haymarket, durante al menos este período. Su renombre creció, al menos en parte a la popularidad de sus Sonatas Opus 2 recientemente publicadas. Su fama y prestigio aumentaron rápidamente y fue considerado por muchos círculos musicales como el pianista virtuoso más grande del mundo.
Clementi inició una gira europea en 1781 que le permitió viajar por Francia, Alemania y Austria. En Viena, Clementi convino con José II para entrar en un duelo musical con Wolfgang Amadeus Mozart para entretenimiento del Emperador y sus invitados. Cada ejecutante fue invitado a improvisar y a ejecutar selecciones de sus propias composiciones. La habilidad de ambos compositores y su virtuosismo fue tan grande que el Emperador se vio forzado a declarar un empate.
El 12 de enero de 1782 Mozart escribió a su padre:
«Clementi toca bien, tanto como la ejecución con su mano derecha le permite. Su mayor potencial reside en sus pasajes en terceras. Aparte de eso, no tiene el valor de Kreuser en cuanto al gusto y la sensibilidad — resumiendo él es muy técnico.»
En cartas subsiguientes, fue más allá diciendo que:
«Clementi era un charlatán, como todos los italianos.»
Las impresiones de Clementi respecto a Mozart, por el contrario, fueron todas muy positivas y entusiastas. Pero el tema principal de la sonata en si bemol mayorcautivó la imaginación de Mozart y diez años más tarde lo utilizó en la obertura de su ópera Die Zauberflöte (La flauta mágica). Este hecho indignó tanto a Clementi que cada vez que publicó esta sonata, incluyó una nota explicando que fue escrita diez años antes que Mozart escribiera La flauta mágica.



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