
Muzio nació en Roma en
1752, fue el primero de siete hijos de Nicolò Clementi, un platero altamente
respetado y romano por herencia y de Magdalena Kaiser de nacionalidad suiza. Su
talento musical empezó a manifestarse a temprana edad; a los siete años comenzó
su instrucción musical y sus progresos fueron tan notables
que a los trece años ganó un lugar como organista de la iglesia.
En 1766,
Sir Peter Beckford (1740–1811), un acaudalado inglés
primo del excéntrico William
Beckford, mostró interés en el talento musical del muchacho y trató de
convencer a Nicolò para llevarlo a su mansión de Blandford Forum en Dorset, Inglaterra; donde Beckford acordó
proveer pagos trimestrales para solventar la educación
musical de Clementi. A cambio de
esta educación, Clementi se encargaba de los eventos musicales en la Mansión.
Clementi pasó los siguientes siete años dedicándose enteramente al estudio y
práctica del clavicordio. Sus
composiciones de este período inicial, sin embargo, fueron pocas y casi todas
se han perdido.
En 1770,
Clementi se presenta por primera vez en público como pianista. La audiencia estuvo muy impresionada con su ejecución, fue el comienzo
en ese entonces de una de las carreras como concertista de piano más exitosas
en la historia. En 1774, Clementi fue liberado de sus obligaciones para con
Peter Beckford y se trasladó a Londres, donde entre otras realizaciones hizo
varias presentaciones en público como clavicordista, intervino en conciertos
para cantante y arpa, y sirvió como «director» — desde el teclado — al Teatro
del Rey, en Haymarket, durante al menos este período. Su renombre creció, al
menos en parte a la popularidad de sus Sonatas Opus 2 recientemente publicadas. Su fama y
prestigio aumentaron rápidamente y fue considerado por muchos círculos
musicales como el pianista virtuoso más grande del mundo.
Clementi inició una gira europea
en 1781 que le permitió viajar por Francia, Alemania y Austria.
En Viena, Clementi convino con José II para entrar en un duelo musical con Wolfgang Amadeus Mozart para entretenimiento del Emperador y
sus invitados. Cada ejecutante fue invitado a improvisar y a ejecutar selecciones de sus
propias composiciones. La
habilidad de ambos compositores y su virtuosismo fue tan grande que el Emperador se vio
forzado a declarar un empate.
El 12 de
enero de 1782 Mozart escribió a su padre:
«Clementi toca bien, tanto como
la ejecución con su mano derecha le permite. Su mayor potencial reside en sus
pasajes en terceras. Aparte de eso, no tiene el valor de Kreuser en cuanto al
gusto y la sensibilidad — resumiendo él es muy técnico.»
En cartas
subsiguientes, fue más allá diciendo que:
«Clementi era un charlatán, como
todos los italianos.»
Las
impresiones de Clementi respecto a Mozart, por el contrario, fueron todas muy
positivas y entusiastas. Pero el tema principal de la sonata en si
bemol mayorcautivó la imaginación de Mozart y diez años más tarde lo
utilizó en la obertura de su ópera Die Zauberflöte (La flauta mágica). Este hecho
indignó tanto a Clementi que cada vez que publicó esta sonata, incluyó una nota
explicando que fue escrita diez años antes que Mozart escribiera La flauta mágica.
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